Raquitismo hipofosfatémico ligado al cromosoma X (XLH)
El raquitismo hipofosfatémico ligado al cromosoma X o XLH es una enfermedad considerada como una de las enfermedades raras, cuya prevalencia es de 1 de cada 20.000 personas en España.
Aunque en la mayoría de los casos es hereditaria hay ocasiones que esta enfermedad aparece como “caso novo”, no habiendo ningún miembro de la familia en cuestión afectado anteriormente.
Esta misma enfermedad en el caso de los adultos recibe el nombre de osteomalacia.
Esta enfermedad debe ser tratada de forma multidisciplinar por nefrólogos, endocrinos, traumatólogos, etc y es muy importante un control periódico del paciente.
¿Cuál es la causa del raquitismo hipofosfatémico?
La causa es una mutación del gen “PHEX” que produce una condición genética alterando así la absorción de fósforo en los riñones siendo este es eliminado a través de la orina en grandes cantidades. Esto causa una inadecuada mineralización de los huesos, sobre todo los de las extremidades inferiores, provocando deformidades óseas y retrasos en el crecimiento entre otros.
¿Cómo y cuándo se diagnostica?
Cuando en la familia ha habido casos anteriores de esta enfermedad, normalmente se hace un estudio genético que revela si el bebé está afectado o no.
La mayoría de los niños presentan síntomas de padecer esta enfermedad durante los 2 primeros años de vida siendo los más comunes el retraso a la hora de caminar de manera independiente, así como tener las extremidades inferiores arqueadas.
En los “casos novo” los síntomas son los mismos y en este caso habría que analizar los niveles de fósforo y vitamina D del sistema para ver si son normales además del estudio genético del gen FGF23, el que revela si el niño está afectado tras presentar unos niveles bajos de fósforo y vitamina D.
Los estudios genéticos permiten confirmar el diagnóstico.
Síntomas de la enfermedad:
En la mayoría de los casos, los niños presentan una estatura más baja que la población general, se producen deformidades comunes en las piernas dándose genu varo o genu valgo y también es posible que se produzcan deformidades en las muñecas, tobillos y rodillas.
El cráneo se cierra más temprano de lo habitual produciendo así una craneoestenosis. Los pacientes presentan una deficiencia motora, debilidad muscular, microfracturas de difícil cicatrización, baja densidad ósea, estrechez entre los huesos de la columna, problemas en la unión de los huesos a los tendones, músculos, cápsulas, etc.
La mineralización dental no es correcta presentando abscesos y manchas dentales.
El tratamiento actual puede causar microcálculos de calcio y/o fósforo renales, nódulos en la tiroides y otras calcificaciones.
Tratamiento:
El tratamiento habitual consta de fósforo y vitamina D activada para que así este se pueda reabsorber.
La dosis de estos las pauta un profesional según las necesidades del paciente. Es fundamental un seguimiento y una supervisión de un profesional al igual que una continuidad en la toma del tratamiento por parte del paciente para tener buenos resultados respetando todas las tomas diarias.
El tratamiento se puede iniciar una vez se hayan obtenido los resultados del estudio genético confirmando que el paciente está afectado por la enfermedad y este tiene como objetivos: controlar el dolor y mejorar la mineralización de los huesos para así corregir en la medida de lo posible las deformidades óseas.
Es recomendable que el tratamiento no se mezcle con productos lácteos en sus tomas pues este pierde efectividad, por ejemplo, dejando un margen de tiempo de unos 40 minutos anteriores o posteriores a la toma del tratamiento pues el calcio de los productos lácteos anula el fósforo casi al 100%.
Por último, siempre es aconsejable mantener una buena alimentación consumiendo frutas y verduras, no abusar de la sal para evitar consecuencias renales y practicar deporte moderado según nuestras posibilidades.